Ay lo que le gusta una foto
Mire esta foto, Wilfrid, hecha estos días, en un lugar entre León y Asturias. Se reúnen en unas campas: los restos del sindicalismo que alguna vez fue socialista -tras la reconversión, el Soma-UGT ya no es ni la sombra (pequeñina, tampoco es que fuera la CNT) de lo que alguna vez fue-, lo que queda, hace años fue vendido al aparato político democrático heredero del régimen de Franco. Triste historia de cómo se ha ido mellando al movimiento obrero. Le decía que se reúnen, comen comida campestre y al final cantan La Internacional con poco entusiasmo. Este año, a pesar de la victoria electoral, no hay mucho que celebrar y se les veía mustios. Lo que me preocupa más, le advierto Wilfrid, casi lo único que me preocupa de hecho al mirar esta foto, es el deterioro del look de Alfonso Guerra, que cada día se parece más a Carlos Fabra, las gafas y el pañuelo ayudan. No me dirá que no es como para preocuparse: achacoso, canoso y con cara de tener demasiados cadáveres bajo el somier. Veremos cómo acaba la generación de políticos que se niega a salir de escena. Las manecillas del reloj no tienen marcha atrás.
1 Comenta:
A mí me da un poco de vergüenza el Presidente, tan bonito con su pañuelo en la fiesta del pueblo minero (Rodiezmo, creo), con su satisfacción de jesuita desfacedor de entuertos y repartidor de justicia. Empieza a preocuparme más que Mr. Guerra, y eso que aún me río pensando en el primer tomo de sus memorias,"Cuando el tiempo nos alcanza", en las que su infancia era un probe, muy probe patio de zevilla y su llegá al poder un bien totá par pueblo. Cosas. Eso sí, dudo que Zapatero sea capaz, siquiera, de engarzar dos líneas seguidas, así que, al menos, de sus memorias autógrafas nos libraremos.
11:16 p. m.
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