Los predicadores de la vieja derecha
El problema de la derecha española es que su discurso oscila en una alternancia que va del panfilismo al energumenismo que le dictan sus medios afines, siempre por el método del y-tú-más, la hipérbole sin disimulo que tanto practica su último líder con escaso rédito electoral. El fallecido Paco Umbral decía, por ejemplo, que Fede, el pico mejor pagado de la radio de los obispos, era más peligroso que un mono con metralleta, y parece que el tiempo no cede a su sentencia. Ya no es que este grupo de comunicadores y monaguillos allegados hayan hecho de un artículo de la Constitución su fábrica de fabular conspiraciones y contar billetes, por el método de convertirse en 'perioindustrias', es que, lo que es más peor, se lo pagamos todos y todas de sobaquillo, marquemos o no marquemos la x de la casilla para financiar a la Iglesia católica. Y es que los heraldos de la libertad ponen el cazo y cazan al vuelo. Si a Fede no le van a dar nunca el Ondas, tampoco es que le importe, ya que le suelta como consuelo Espe Aguirre la pedrea de las ondas para que apaciente a los suyos y las suyas. En TDT o forzando a los empresarios 'amigos' a pagar el impuesto revolucionario de la publicidad. El concurso de emisoras de televisión digital terrestre que falló un ferragosto pasado la Comunidad de Madrid fue tan delirante como esclarecedor de cómo entienden la libertad y la libertad de mercado estos conseguidores y sus conseguidoras.
En el ocaso de la devastadora ideología neoliberal que abrazaron con sus continuos viajes a La Florida y su prédica ágrafa sobre el despido libre, la privatización de empresas públicas modélicas o la destrucción de la sanidad y la educación pública madrileñas, se refugian en sus conventos a comer sopa de pobre, mientras airean sus soflamas radiofónicas y colocan entre los feligreses la tarjeta Cope Card. Tiene unos versillos en una copla el rapero Tote King -el franquismo, aunque no está, se siente presente- que seguro que hubiesen hecho las delicias del autor de "La máquina de trovar", Jorge Menéndez, otro de los heterónimos de Antonio Machado, que olía a kilómetros la mendacidad y nunca pudo con ellos (mucho menos con ellas). En uno de los mejores libros de teoría política que se escribieron en España en el siglo XX, "Juan de Mairena", nos dejó el poeta sevillano una de sus infalibles intuiciones a propósito de la frivolidad de los políticos de izquierdas y la contestación de la reacción: "Los políticos que pretenden gobernar hacia el porvenir deben tener en cuenta la reacción de fondo que sigue en España a todo avance de superficie. Nuestros políticos llamados de izquierda, un tanto frívolos -digámoslo de pasada-, rara vez calculan, cuando disparan sus fusiles de retórica futurista, el retroceso de las culatas, que suele ser, aunque parezca extraño, más violento que el tiro". Vamos a ver cómo se tramita la reforma de la ley del aborto, que ni siquiera es ley aún.
Etiquetas: reaccionarios
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