lunes, noviembre 09, 2009

Mi torero tiene gafas





La historia de Pepe Begines tiene su importancia aunque se mantenga en un segundo plano. El éxito de su flamenco pop inconsciente no mereció la atención de la crítica musical. Las letras intentaban una crítica ácida y sorda, a través del lenguaje del esperpento andaluz, a los tópicos del país mediante el éxito en la radiofórmula. Un círculo imposible. Sólo Kiko Veneno pareció darse cuenta del valor de esa voz aparentemente confusa y gamberra, pero también fresca y lúcida. Es como si Pepe Begines hubiera ya adoptado, de forma oral, los moldes de la poesía de vanguardia -César Vallejo, Rafael Alberti- para crear canciones de tres minutos donde emulaba esos artefactos contra la putrefacción ambiente. Nunca pudo ser oído.

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