viernes, septiembre 19, 2008

Recuerdo del Cojo Manteca




Ay, qué tiempos aquellos. Las primeras manis, la calle Princesa de bote en bote, los apretujones, los ultras con la cabeza rapada y su pipa al cinto, los porrazos de los guripas, las litronas en el parque. Todo ello se fue. Como el ministro Maravall. Se quedaron, eso sí, las tasas y la selectividad, se masificaron las aulas públicas, disminuyó, aún más, el nivel de la calidad de la enseñanza. Todo ello es polvo del tiempo, memoria que a nada lleva, batallas perdidas. Ni siquiera el recuerdo irreverente del Cojo Manteca, muerto años después, nos consuela de todas aquellas medias mentiras de nuestra clase política y la decepción de siempre. Y pensar que gritábamos, pobres incautos: "El hijo del obrero a la universidad... para que no sea como su papá". No sabíamos lo que nos aguardaba al poco: los salarios de miseria, las deslocalizaciones como el pan nuestro... etc, la pérdida de derechos laborales que parecían consolidados, la barra libre a las ett's, las guerras por el mundo del bracete de los yanquis para conseguir petróleo baratito -y no ya el consabido fetiche de la foto de las Azores... sino aquel debate en televisión, en prime time, no había muchos canales, en el que Manuel Vázquez Montalbán le sacó los colores a Jorge Semprún, entonces, el Malraux de bolsillo de uno los gabinetes agónicos al mando de Felipe González, sí, ese, ese mismo, en que para justificar la intervención en la I Guerra del Golfo se atrevió a invocar un opúsculo de Kant, La paz perpetua, nada menos, después de golpear con los nudillos una mesita de metacrilato, ¡ay, los cultos... cuando se ponen violentos, líbrenos la autoridad!, ¿no se acuerdan?, vaya por dios, yo sí que sí, no puedo olvidar nuestra entrada por la puerta grande en el casino del capitalismo global-. Y pensar que todo ello, todito, tan poquito de izquierdas, apenas nada, vamos, es nuestra guía en la vida. Snif.

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2 Comenta:

Blogger jorG dijo...

...no es verdad que esa lucha no valió para nada, no es verdad,...hay una cosa que se llama dignidad que se fortalece en la calle apoyando, luchando y buscando causas mas justas para todos,...esa dignidad de la cual poco saben los que tiran con bala o los que cambian de canal,...

abrazón

jorG

1:57 p. m.

 
Blogger jaime dijo...

Ya, es verdad que la lucha dignifica. Pero luego hay que evaluar. Aquello sirvió para cargarse a un ministro, que al respetible, como dicen en mi pueblo, no parecía lo peor. Pero poco más. La degradación de la educación pública -secundaria y universitaria- ha ido a más. Entonces, todavía, no había sucursales del BBVA o del Santander en el campus, entrarían poco después, hoy... por lo que me cuentan... pronto nombrarán al bedel. La lucha por sí mismo puede no llegar muy lejos. Eso sí, seguiremos protestando... quizás algún día atinemos más... no?

un abrazo

10:13 p. m.

 

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