Preocupados con lo digital

Lo digital ha pasado de crear asombro a crear temor -se empieza por el malestar. En muchos casos, se ha asumido la potencia de la herramienta, pero se pretende mantener la misma estructura de trabajo y de domino que en la era analógica y predigital. El debate, porque está vivo, es confuso todavía.

Por ejemplo, no tengo claro que el ministro de Cultura, César Antonio Molina, en una entrevista, "Lo que pasa en internet es más grave que lo que pasa en el top-manta" (Público), tenga claro qué es una licencia copyleft, y que hay diferentes clases de licencias libres y que hay una industria editorial y discográfica incipiente, legal, que se basa en esa reglamentación que permite "copiar, distribuir, reproducir..." libremente respetando una serie de normas básicas.

Otro ejemplo es el crítico literario francés Pierre Assouline, bloguero contratado por Le Monde, que intervino en una jornadas sobre edición digital, invitado por la Fundación La Caixa, en Barcelona, según informan LV y El Perfil. En estos términos definía Assouline el fenómeno blog: "El blog es el presente y el porvenir de la crítica literaria. Hace veinte años, los debates literarios se transmitían por televisión. Actualmente, mientras en la TV no ocurre nada, las cosas se dan en Internet, en blogs, foros y chats". Parece que lo natural sería entonces suponer que en esos canales se da esa riqueza porque el control es menor, la opinión de los expertos no tapa completamente la voz de los aficionados, y a base de entusiasmo, astucia y juego limpio consiguen a veces mejorar la información que circula por los canales convencionales -sea televisión, radio o prensa escrita en papel-. Lo esencial, entonces, sería ese amateurismo. Sin embargo, Assouline al hablar de cómo entiende que evolucionará el fenómeno blog sigue apegado a la vieja teoría: "Con el paso del tiempo, los blogs no soportarán el trabajo de los aficionados. Hoy existen millones, pero a poco la oferta se reducirá y sólo quedarán los más profesionales".