Siguen premiándose a sí mismos
Oh, ya sé, ya sé, Wilfrid, que es un lugar común volver a repetir LO MALA que es la televisión. Pública o privada, da igual, son igual de MALAS. Que la caja tonta no tiene arreglo. Que nos cuesta -las públicas- un ojo de la cara (financiación anual a fondo perdido a cargo del erario público), y parte del otro (publicidad privada e institucional). Que las privadas mantienen una programación aún más zafia y embrutecedora que la tele pública, ambas sostenidas por un somatén (usted los conoce mejor que yo) que se comporta como una mafia con escaso talento... salvo para trepar y zancadillearse.
Ya sé también que una minoría selecta da por asumido que la televisión es el vertedero de una sociedad podrida por dentro y embellecida por fuera a base de cirugía estética, ortodoncias y endodoncias, donde importan valores como el dinero, la posición social, la falta de pudor, el desparpajo en los negocios y las relaciones públicas, la chabacanería disfrazada de espontaneidad, el humor enlatado, blanco y pedorro.
Ya sé también que éste no es un retrato de cuerpo entero -porque en otras disciplinas y ocupaciones, créame, la cosa no mejora-, y es que el desarrollo social y educativo (o deseducativo) en esta democracia de mentirijillas ha ido por donde ha ido. Y los peores (en todo) son mayoría. De los fontaneros a los profesores de universidad, de los comerciales a los ginecólogos. Y mandan los que mandan. Y punto.
Los disconformes, a callar o a escribir en la internet. De momento y mientras nadie les preste demasiada atención.
Para que no falte de nada, nuestro gobierno reglamentista ("nadie ganará a este Ejecutivo en ampliación de derechos", escuché a una de sus intérpretes gubernamentales en no sé dónde y a propósito de no sé qué, y qué más da, es lo bueno de sus discursos, se pueden oír como el que oye llover) se saca otro premio nacional de la chistera: para la televisión. Ole con ole.
Así ya hay una minoría consolidada que no sólo pagamos productos (caducados) que no vemos, sino que también pagamos el premio que no nos gustaría conceder y a quien ellos deciden. Pleno.
Este año le han hecho el favor a la serie "Cuéntame", que como no veo, no puedo juzgar. El año que viene tal vez premien a algún pre-cadáver exquisito como Antonio Mercero, Narciso Ibáñez Serrador, Carmen Sevilla, Mayra Gómez Kemp o el ¿periodista, empresario, jurado de multipremios, zascandil? Juan Cueto.
Hagan juego, señoras y damos. Eso sí, las apuestas por SMS NO SON GRATIS (¿le suena de algo, Wilfrid?), e irán siempre a la buchaca de los que ya tienen de todo (ya que se llevan todas las subvenciones, entre otras preferencias de privado). Y todos los derechos, sólo faltaría.
Han vuelto a ganar, colega, ¡enhorabuena!
Etiquetas: premios, televisión
2 Comenta:
Ay, Sufí, ¡qué cosa la tele! Uno, que ya ni tiene, no sabe qué opinar. Lo único que he seguido ha sido, vía interné, el programa que dirigió mi hermana para TVE este año, el Saca la Lengua. De todos, el que mejor quedó fue http://www.rtve.es/mediateca/videos/20091202/sacalalengua-01-12-09/641025.shtml
No sé si lo vería, si no, e´chele un ojo a ver qué le parece.
Aún recuerdo el día que nos pasamos por el Básico a ver Los Enemigos y acabamos en Malasaña, creo en el Penta, de fiesta con la troupe e insultando, de manera nada caballerosa, al director del, plor entonces, canal cultural de TM. Y entrando a toda reportera que se nos cruzaba, por decirlo todo. Ejem.
Le hago por Navarrevisca, luchando contra los vientos gredianos -¿se dice así?-. Disfrute y mándele de mi parte un beso a sus padres.
Suerte.
10:13 p. m.
No veo la tele, sólo los informativos, porque me enfado mucho, como entonces.
La Tele Madrid de su hermana era como la BBC comparada a lo que es ahora. Esperanza y sus cuates son como el caballo de Atila... por donde pasan no crece la hierba. Han echado al acosador-tocón y han puesto a una señora comisaria-política. Como siempre en Ejpein sólo cuatro valientes luchan contra la caspa: http://www.salvemostelemadrid.es/. Alguno de ellos estuvo al principio en la asamblea V de Vivienda. Buena gente, aunque rara. El más anarquista de ellos, un tío muy cachondo, dejó preñada a una sobrina de Aznar, y se casó por la iglesia. La madre que lo parió... cuando me lo dijeron, yo quería hacer una (des)ceremonia pública de (des)casamiento. Pero como no soy cura... ni siquiera obispo o sacristán, no hubo manera.
Mis padres son asiduos a las tertulias fachísimas y los desinformativos y demás bazofia neonacinalista-casticista de Tele Fachil. Les pone todo ese rollo de Ejpaña se rompe y los socialistas son el diablo con rabo. Como vivo en su casa, veo de reojo ese montón de mierda al borde del vómito. Ya les saludo de su parte, hombre.
La chica de Tele Madrid que te ponía ahora está en otra cadena, creo. A veces la veo cuando voy del salón al cuarto, y del cuarto al salón, al borde de un ataque de ira. Pero como no atiendo, no sabría decirte si ganó una plaza en la oposición a TVE o está en una de esas teles-clones privadas, después de una buena mamada a un ejecutivo. Porque, al fina, como puedes ver, todo empieza y termina en el mismo sitio, más o menos.
Ya podría su hermana dejar de hacer programitas de encargo y escribir unas buenas memorias contando los bajos fondos de esa profesión de putas (David Mamet dixit).
Buen fin de año. Nos vemos el que viene.
Un abrazo
11:55 a. m.
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