viernes, octubre 01, 2010

Mis impresiones de la huelga

Tuve suerte y cogí el tren pronto. En Cercanías hubo paro. En mi línea, los servicios mínimos tuvieron la frecuencia de un convoy cada hora.

La carretera de Extremadura, vista desde la ventanilla, parecía un domingo de julio. Pocos coches. A las 12 del mediodía.

Llegan Pablo y Ana recién desayunados. Hacemos huelga... pero tenemos que adecuar el espacio de postnave: limpiar, rascar algunas paredes, almacenar un montón de cacharros que vamos acumulando, taladrar y colgar los perfiles en las paredes, etcétera.

Al leer el titular de Le Monde en el artículo de Rosa, "España al ralentí", he recordado una frase que oí en la Tabacalera: "Parece un domingo raro. Como a cámara lenta".

Los compas estaban tristes, como apagados, como un domingo raro.

Comida popular en el Casino de la Reina. Garbanzos. Me cuenta un cegetero que el metro no ha parado. Todo el esfuerzo hecho burlado por estos esquiroles. Solidaridad Obrera hoy no ha sido nada solidaria. Corren teorías como rumores: ¿habrán pactado con Aguirre y Granados la retirada de los expedientes de la última huelga de Metro? De todo nos enteraremos: poco a poco.

Llega von der Quelle con las maestras de la mani mayoritaria, la que convocaban UGT y CC.OO, con sus pancartas-pizarra. Están contentas. Les ha dejado buen sabor de boca.

Al día siguiente -hoy mismo-, la carcundia que escribe en los medios se dedicarán a emporcarlo todo, como ellos saben. No dejarán que la realidad les estropée su soflama. Tienen que defender sus audis, su putita de polígono y sus piscinas... a cualquier precio.

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