Recortes de prensa (2)

Foto: AFP/Fethi Belaid

La Vanguardia. El diario condal (del conde de Godó) recoge un teletipo de Efe que informa de las revueltas en Túnez: "La oposición afirma que hay 20 muertos por los enfrenamientos en Túnez". Desde que un joven de 17 años se quemara a lo bonzo a mediados de diciembre, se desató una ola de violencia por el malestar de la población campesina, la subida de precios a productos básicos y la falta de empleo. Pero ningún medio español ha tenido a bien enviar a un corresponsal. Túnez estará, más o menos, a una hora en avión de Manresa; a media hora, de Alicante. Por contrastar, la ciberpublicación de periodismo alternativo, Lahaine, que cita como fuente a la agencia italiana ANSA, cifra las muertes en 50. Sólo este fin de semana, en todo el país. ¡Viva la información globalizada!


El Confidencial Digital. De su serie "Los últimos mohicanos del ladrillo", hoy nos deleita con la historia del constructor José Ramón Carabante. Del imaginativo reportaje, me gusta quedarme con la imagen del presidente murciano huyendo de la foto, como un secundario de una españolada: "El presidente de la región de Murcia, Luis Ramón Valcárcel, le rehúye a pesar de que su gobierno patrocina su equipo de Fórmula-1 con tres millones de euros anuales a cambio de una pegatina en el monoplaza que sólo se ve con lupa de veinte aumentos. Valcárcel le dio plantón el día de la presentación del Hispania. No quiere ninguna fotografía con él por lo que pueda pasar." El presidente debe conocer bien los chanchullos inmobiliarios de su región. Y le da miedo. Normal.


La Razón. En la publicación más pía del grupo Planeta, el incombustible Amilibia azuza los demonios interiores de Paco Pérez Abellán: "El crimen perfecto se comete todos los días". Abellán se presenta como Director del Departamento de Criminología de la Universidad Camilo José Cela. Comunicador en radios y teles. Además de escritor. Y profesor. Un todoterreno, un Leonardo da Vinci denunciando el Mal. Todo lo ve negro, por supuesto. No es idiota y no quiere quedarse sin uno de sus (poco variados pero rentables) empleos.