sábado, enero 15, 2011

Recortes de prensa (5)

Webislam. El portal de información árabe en español avanza un apunte sobre la revuelta pacífica que ha acabado con el régimen tunecino. Para Satea Nureddin: "Es un gran paso al frente el hecho de que los tunecinos y los argelinos, y mañana los mauritanos, salgan sin sus identidades religiosas, sectarias o políticas a la calle en protestas similares a las que se ven a menudo en las calles de las grandes capitales y ciudades occidentales, para expresar su indignación por la subida de precios y el desempleo y en protesta por la corrupción, el despilfarro, la mala gestión de la economía nacional y el injusto reparto de los ingresos generados por las riquezas nacionales, reiterando cánticos casi universales y levantando con timidez algunas pancartas y banderas rojas comunistas que fueron rápidamente eliminadas de la memoria de la humanidad." Lo advierte en "Inspiración magrebí sobre los incidentes en Túnez y Argelia".

Sur. El diario malagueño confirma la noticia de que La Casa Invisible pasa a tener un acuerdo con el ayuntamiento de la ciudad, diputación y Junta de Andalucía: "La Casa Invisible deja de ser okupa". El pacto fue posible gracia a la labor desinteresada de tantos y tantas activistas, artivistas, profes, alumnado y gente que pasaba por allí. Y la mediación de Jesús Carrillo y Santi Eraso, dos casos raros entre la administración de cultura, ay, tan corporativista como corta de miras. La Tabacalera de Lavapiés ya no está sola como ejemplo de autogestión socio-cultural dentro de un marco legal.

Abc. Deja su tercera al peculiar arquitecto Miguel de Oriol, que se descuelga con su reiterada petición de peatonalizar Gran Vía. A pesar de ello, pedir paso al peatón, promueve la construcción de (aún más) parkings y un confuso mapa de la capital. Merece la pena leer la pieza que comienza como una zarzuela: "El Ayuntamiento de Madrid está gravemente endeudado pero también lo estuvo Felipe II". Comparar a Gallardón con Felipe II parece un exceso de adulación interesado. Eso sí, pese al centenario de la calle, seguimos huérfanos de un debate serio sobre la desfiguración artística del patrimonio, el feismo y la polución que manchan el buen nombre de esa maltratada arteria.

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