sábado, junio 28, 2008

Después del 'no' irlandés Dinamarca renunciará a su referendum sobre el euro

Ramón R. Lavín/ expansion
Bruselas


El primer efecto colateral del “no” en el referéndum irlandés para la ratificación del Tratado de Lisboa, podría ser la renuncia del Gobierno danés a convocar a sus ciudadanos a otro referéndum en el que les iba a preguntar si deseaban incorporarse al euro. El no irlandés añade demasiada incertidumbre sobre un resultado positivo, por lo que el Gobierno danés duda sobre la conveniencia o no de convocarlo.

Dinamarca ya lo tenía todo preparado. Ratificado el Tratado de Lisboa, el paso siguiente sería abandonar las tres derogaciones, que ese país obtuvo al Tratado de Maastricht, en los asuntos de defensa, justicia e interior, y euro y unión monetaria, para lograr un resultado positivo en el segundo referéndum con el que los daneses ratificaron ese tratado. La decisión ya estaba tomada. El gobierno danés con el apoyo de todos los grandes partidos políticos, aprobaría en agosto, la convocatoria de uno o tres referéndum, para este otoño. Pero el no irlandés echa todo al traste. Cuando en Irlanda se plantea como una posible salida a la crisis de su rechazo al Tratado de Lisboa, la posibilidad de renunciar algunos elementos de la Política Europea de Seguridad y de Defensa (PESD), e invitar a los irlandeses a pasar de nuevo por las urnas, en Dinamarca, optarían por lo contrario, por una integración plena en la PESD.

Nada sorprendente en el caso danés, si se efectúa un análisis frío del asunto. Dinamarca es miembro de al Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y participa en numerosas misiones para el mantenimiento de la paz de la ONU. Tampoco les crearía problemas integrarse en la política europea sobre la inmigración

El plan danés ya había sido comunicado a las capitales europeas. Solo quedaba por concretar si habría uno o tres referéndums sobre esos tres capítulos, sobre los que Dinamarca obtuvo un “opting out”, posibilidad de no aplicar algunos aspectos de un acuerdo comunitario. Fue la concesión de sus socios de la UE, para que el gobierno danés pudiera convocar un nuevo referéndum para la ratificación del Tratado de Maastricht. Dinamarca obtuvo no tener que incorporarse a la moneda única, el euro y a la unión monetaria, no participar en la PESD y en algunos asuntos de Justicia e Interior, en lo relativo a visados, inmigración y libre circulación de personas, el acuerdo Schengen.

En realidad para su reintegración plena según las normas europeas en esos tres campos, no sería necesario convocar un referéndum, pero el gobierno danés se había inclinado por esa opción teniendo en cuenta que hubiera sido poco aceptable no hacerlo, para reconstruir lo que se había descompuesto también por referéndum.

Sobre los aspectos de la PESD y lo relativo a Justicia e Interior, el apoyo de la población parece casi seguro. Par contra, el resultado del referéndum sobre la posibilidad de introducir el euro, que les obligaría a renunciar a la corona danesa, no esta tan seguro. No por que los daneses no estén convencidos del beneficio de la moneda única y de los efectos económicos positivos, sino más bien por un aspecto sentimental.

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