Loa a la precariedad
Oh, wilfrid, avanza el otoño entre chubascos y neblina. Y la mujer del tiempo que han puesto en la 1 por aquello de que hay que innovar y encontrar nuevos roles femeninos dice que pasaremos frío esta semana. Frío. Y a uno no le queda más remedio que recordar algún partido de nuestro equipo del alma en esta liga patrocinada por un gran banco. Es un Real Madrid deslavado, ayuno de imaginación y harto de bregar como un peón cualquiera como el campeonato pasado. Al menos hay un rasgo este año que no me disgusta del todo y acaba haciendo que vuelva a ver partidos de fútbol por televisión: todo se ha vuelto precario. La solidez del portero es menor; vuelve la fragilidad al centro de la defensa como siempre que hay problemas; la enfermedad de De la Red, un aviso de mal agüero; la lesión de Vanistelroy, un alivio (al menos para mí); el malhumor de Schuster, un rasgo de realismo ante una mayoría de la prensa deportiva encanallada.
Hablando de la prensa canalla, hoy me encuentro con esta columna de la novelista Almudena Grandes, México. Y qué decir: el corazón se me congela ante el problema personal que plantea. Qué virtud. Qué visión. Qué arrojo. Qué mujer. Avisa muy seriamente QUE ELLA no se ríe de lo mismo que se ríe la gente frívola, como tú y como yo sin ir más lejos, sir W; QUE ELLA está en un ay por si su patrón le dice un día u otro día que no sigue y que no hay más curro pá ella, vamos que es un precaria del montón; avisa, en fin, QUE ELLA si las cosas siguen por ahí se pide irse a México... ¡al exilio! Se pide. Irse. ¡Al exilio! Qué virtud. Qué visión. Qué arrojo. Qué loa a la precariedad y la dignidad de una persona de bien COMO ELLA. Espero que la sepan disfrutar como se merece por aquellas tierras... Qué mujer. Qué valentía. Qué arrojo. Jo.
Etiquetas: precariedad, Real Madrid
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