jueves, mayo 06, 2010

De memoria



Aparece estos días una versión ampliada de "Las armas y las letras. Literatura y guerra civil. 1936-1939", de Andrés Trapiello. El libro nace de un encargo del editor de la colección "Espejo de España" en Planeta, Rafael Borràs, Borràs el bueno. A este premio las malas lenguas lo llamaban "espejo retrovisor", pero hizo un buen servicio en el esclarecimiento de nuestra siempre maltratada historia contemporánea... tantas veces amordazada.

Quienes hayan leído los diarios de Andrés Trapiello sabrán por qué "Las armas y las letras" no ganaron el premio que merecían, que le fue concedido a la monografía sobre Azaña de Federico Jiménez Losantos, "La última salida de Manuel Azaña". Las malas lenguas decían que el libro de Federico era un refrito con poco arte de las memorias de Rivas Cherif, el cuñado de Azaña. El caso es que Trapiello se pilló un rebote interesante con Borràs y se dejaron de hablar, aunque luego las cosas se calmaron y Borràs le hizo otro encargo.

Lo mejor de "Las armas y las letras", en su momento, y más allá de la cantidad de información valiosa y juicios bastante serenos de sus páginas, fue dar prestigio a la literatura española. En aquellos años, aún, los pijoteros y lo que el poeta leonés llama "el club de los almendritas garrapiñadas" despreciaban la literatura española abiertamente. Había que aprender inglés y se pavoneaban por ahí de su bilingüismo. Se ufanaban tontamente -como suelen- haciendo creer que todo lo español era igual a castizo. Por ejemplo, a la prosa de Cela la tildaban de campanuda. Ay, señor, si acertaran a leerse a sí mismos sin tacones...

Lo cierto es que Trapiello es el escritor español de su generación que mejor conoce el canon de los últimos dos siglos, sin contar las literaturas suramericanas, que es otro cantar. Lo conoce mejor que la mayoría de los profes de literatura.

Como suele suceder en la edición comercial española, era mejor la portada primitiva que la actual.

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2 Comenta:

Blogger Unknown dijo...

Como veo (y leo) que este blog es muy seguido entre periodistas. Unas, para denigrarlo por difundir chismorreos y atacar el supuesto honor de personajes públicos; pero otras, en cambio, abrevan y picotean parte de la información que aquí se da... añadiré dos cosita más a lo dicho sobre "Las armas y las letras".

Trapiello se quedó compuesto y sin premio, cosas que en adelante él se cuidaría mucho de que no volviese a suceder. A ganado otros premios por novelas (más bien malas) sin despeinarse.

Trapi fue el primer editor de la poesía de Jiménez Losante. "Diván de Albarracín" lo publica Trieste, la editorial de Trapiello y Valentín Zapatero. Y tenían y tienen una concepción semejante de la literatura en muchos puntos. Tras la trastada del premio, Jiménez Losantos, entonces columnista y editorialista del "ABC" de Ansón, escribió una hermosa columna recomendando el libro. Ni que decir tiene que una recomendación era importante, pues aumenta la venta de ejemplares. Es de los pocos periodistas a los que las lectoras le reconocen un pedigrí literario y compran los libros que él recomienda.

A la vez, el entonces director del diario monárquico y grapado se inventó un premio, premio Juan de Borbón o premio Juan I, o algo así, para resarcir a Trapiello.

Dudo que hoy el diario siga dando ese premio. Es más, dudo que el torrezno del director actual del diario ABC sepa que existe Trapiello.

Ay, país...

10:50 a. m.

 
Blogger Unknown dijo...

Escribe Arcadi Espada en "Raval o del amor a los niños": "El drama del periodismo moderno es que no tiene tiempo de leer. Apenas hojear los diarios de la competencia y ver que publican lo mismo que nuestro medio".

Es un drama mayor, sin duda. Estamos pagando -teles y radios públicas- a un ejército de loritos de repetición. La mayoría son pluriempleados: y parlotean en dos, tres, cien medios.

Estos va a estallar, fijo!! Tarde o temprano, pero fijo...

Y m'alegro, la verdá

10:59 a. m.

 

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