Sobre Josep Pla, espía en Marsella
Xavier Febrés en “Josep Pla, biografía del gran tipo” (Destino, 1997) también recoge el episodio marsellés según la versión que Adi Enberg dio a Cristina Badosa. Que se integran en el SIFNE (Servicio de Información del Nordeste de España), dedicados a “pasar” información sobre los barcos que parten con ayuda hacia la zona republicana. Algunos son hundidos en alta mar. Que están a las órdenes del político de la Liga Josep Bertran i Musitu. Escribe Febrés: “Josep Pla y Adi Enberg se instalaron en el piso nº 37 de la calle Cours Joseph-Thierry, que Bertrán i Musitu ofreció a Adi Enberg a cambio de sus servicios de secretaria de la organización. Los agentes de la República, como asimismo la policía francesa, localizaron la actividad de Pla en Marsella como agente subalterno del SIFNE, al igual que la de tantos otros colaboradores. El gobierno galo decidió desmantelar las organizaciones de espionaje franquista en su territorio y ordenó la detención de los miembros conocidos, entre los cuales se encontraba Adi Enberg. Huyó sola hacia la región central de Francia, mientras Pla se alojaba, a partir de julio de 1937, en el Hotel Astoria (...)” págs 179, 180.
Febrés también añade el perfil de Joan Fuster (La Vanguardia, 24 abril 1981) con la referencia a la guerra de España: “Durante la guerra de España, Pla se integró en el bando franquista. Me temo que por una sola razón: por miedo al trauma revolucionario, que ponía en peligro la propiedad privada. Hay quien cree en Dios, hay quien cree en los fantasmas, hay quien cree en el Manifiesto Comunista: Pla creía en la propiedad privada. No exactamente como creen en ella los acólitos y los burócratas de las multinacionales. Lo suyo era más arcaico: una fe agropecuaria que se remontaba al Derecho Romano o a los “Usatges”, no sé. No en balde era un hereu: modesto e hipotecado, pero hereu”.
La misma versión, más abreviada, es la que da Valentí Puig en “El hombre del abrigo” (Destino, 1998): “Pla tuvo que huir de Cataluña, amenazado de muerte por pistoleros de la FAI. Llega a Marsella. Etcétera...” (pág. 118)
elmundopordentro (blog/elmundo)
Febrés también añade el perfil de Joan Fuster (La Vanguardia, 24 abril 1981) con la referencia a la guerra de España: “Durante la guerra de España, Pla se integró en el bando franquista. Me temo que por una sola razón: por miedo al trauma revolucionario, que ponía en peligro la propiedad privada. Hay quien cree en Dios, hay quien cree en los fantasmas, hay quien cree en el Manifiesto Comunista: Pla creía en la propiedad privada. No exactamente como creen en ella los acólitos y los burócratas de las multinacionales. Lo suyo era más arcaico: una fe agropecuaria que se remontaba al Derecho Romano o a los “Usatges”, no sé. No en balde era un hereu: modesto e hipotecado, pero hereu”.
La misma versión, más abreviada, es la que da Valentí Puig en “El hombre del abrigo” (Destino, 1998): “Pla tuvo que huir de Cataluña, amenazado de muerte por pistoleros de la FAI. Llega a Marsella. Etcétera...” (pág. 118)
elmundopordentro (blog/elmundo)
Etiquetas: comentarios, guerra civil
4 Comenta:
Coño, me voya tener que agenciar el libro de referencia en mi próximo viaje. Entiendo que será fácil de encontrar, ¿no, Sufí?
Por otra parte, la revolución, o sus consecuencias, más bien, a alguien como Plá, ¿cómo no le van a asutar?
Otro del que quiero pillar es de Chaves Nogales, que nunca le he hincado el diente. ¿Recomendable, mi estimado?
Y aún más: le sigo debiendo el semblante de AH por parte del ampurdanés. No olvido, pero me vence, somo siempre, la pereza.
6:30 p. m.
Pla ya es el solito, como decía Borges de Quevedo, una literatura. El señor Espada y el señor Pericay se han entretenido en traducir al castellano sus diarios importantes, además del Quadern gris.
La duda de mucho planiano sobre las anteriores traducciones, hechas por su editor, el señor Vergés. Hay que recordar que Pla escribió casi toda su obra en catalán, pero tenía más lectores si se traducía al castellano. Cosa que hacía Vergés. Bien, pues Vergés no sólo traducía, sino que también escribía por su cuenta: metía la cuchura e imitaba el estilo planiano con mucho tiento. Algo muy humano, por otra parte.
Pla sí escribe en español la historia de la IIª República, por encargo de Cambó, durante la parte de la guerra que pasó en Italia. Esta obra no se ha vuelto a editar nunca.
Sobre Pla hay muchos estudios, unos traducidos al castellano y otros no. Y en distintas lenguas. Espada hizo un esbozo biográfico por encargo, que no he leido. El que los planianos consideran potable es "Josep Pla visto por una amigo de Palafrugell", que no está traducido al castellano. La biografía (más o menos) oficial es la de Cristina Badosa, "Biografía del solitario" (Alfaguara). Los planianos la consideran floja y oportunista, ya que ataca la figura aceptada de Pla... desde el testimonio de Adi Enberg, principal fuente. Se considera que Enberg estaba resentida tras la separación de Pla. Se separan al terminar la guerra y Adi le sobrevive.
En cuanto a Chaves Nogales, hay cien autores de la Edad de Plata tan importantes como él, empezando por Eugenio Noel y terminando por Arturo Barea. Chaves Nogales es un estupendo escritor de cuentos y memorabilia.
Me temo que si le citas tú, Cabezón, es porque lo citan los pijoteros y sus medios amigos.
Por ahí vamos mal, amigo... ésas son malas fuentes para mejorar en literatura castellanas. Ni saben ni se les espera...
11:04 a. m.
De Chaves Nogales he leído, solamente, a un tipo -ya no recuerdo su nombre, lo buscaré- que hace el prólogo a alguna recopicación de artículos de Camba que tengo, si no la he dejado a nadie, por León. No creo, eso sí, que sea parte de tus queridos enemigos pijoteros -entiendo que éstos son los de El País-, a los que veo que, cada día, les aumentas un grado la tirria.
Me apunto los otros que me dices, a ver qué encuentro en alguna mañana de librerías que me debo por Madrid, ahora que vaya.
Por la sombra, Sufí.
5:23 p. m.
En El País habrá de todo supongo. Desde redactorxs que cobren 1.000 y poco eurillos a quienes llevan treinta años y cobren 2.500 o 3.000 en 14 pagas. Ni idea. Hablo de oídas.
Sí sé de mi época como enlace sindical que tienen un convenio distinto al común al oficio de periodista, un convenio propio. Pero la historia de ese periódico, como la historia de España en los últimos treinta años, ha sido de derribo indiscriminado de los derechos laborales. En el caso de El País, lo que comenzó siendo una cooperativa de gente con oficio, terminó en manos de una familia, que es quien lleva el negocio.
Ahora bien, no creo que nadie tenga unos 20.000 millones de pelas, como dicen que tiene el consejero delegado de Prisa. Por leer (más bien poco), escribir (más bien mal y al dictado), reunirse y tomar decisiones, no está nada mal.
Los pijoteros usan El País como plataforma para su autobombo, qué duda cabe, pero no exclusivamente, ni mucho menos.
El día que vengas por Madris te lo cuento a mi manera, cómo funciona el invento...
La verdad es que casi todo lo que tiene que ver con lo que podríamos llamar la vida insititucional del país me importa un pimiento, cada vez más, colega...
1:42 p. m.
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