Varguitas y el premio
El premio de la academia sueca al autor peruano ha producido la esperada eyaculación de loas entre los periodistas y escribidores patrios y latinoamericanos. No hay columnista o autor de medio pelo que no se haya visto en la necesidad de contarnos su experiencia (casi religiosa) en forma de corrida más o menos placentera, siempre salpicando al ingenuo lector y llenándolo de pringue. Es lo que tiene el famoseo, también en la república de las letras, que el fenómeno -el premio al premiado- se interpreta como algo personal, que a mí también me toca, oiga, cuando se da a un vecino, a alguien cercano, aunque sólo sea por verle en la pequeña pantalla o subido a unas tablas, pero a quien todo el mundo conoce y reconoce.
Los panegíricos se han centrado en el valor del novelista como novelista y como intelectual. Lo cierto es que el viaje de la izquierda a la derecha que Varguitas ha transitado -como tantos otros en los últimos cuarenta años- nada tiene de original. Aburre y es conservador hasta la náusea. En su caso, lo más original tal vez haya sido que siempre ha sabido elegir los momentos más mediáticos para dar un golpe de efecto: como cuando denunció la dictadura perfecta del PRI en un congreso al que que fue invitado por la inteligencia mexicana. Oportunismo y escenificación. En cuanto a su valor como novelista, es el que es. No creo que haya nadie con autoridad que pueda asegurarnos que las novelas de Vargas Llosa tengan más valor del que hoy tienen la obras dramáticas de Jacinto Benavente, que también fue premiado y muy loado en su tiempo.
Etiquetas: impresiones, periodistas y otras pestes, premios
4 Comenta:
en historia del boom, Donoso cuenta que el editor Barrall vistió a Varguitas con un mono de mecánico de la Seat y lo puso delante de una Olivetti: el obrero-escritor era el anzuelo, el autor que no se fía de la inspiración y cada día curra ocho o diez horas frente a la máquina...
hace años que Vargas no es ningún obrero, es una multinacional ligada a una firma... con seis o diez obreros en plantilla. entre otras, ese cáncer moderno que es la señora Balcells...
en la literatura, como en la música, el mercantilismo empobrece los resultados generales. que los rolling stones, o vargas llosa, posean mansiones alrededor de todo el mundo y ganen fortunas no es bueno para la música o las letras, sino para satisfacer un simplón e individual afán de codicia.
el arte y la belleza, cuando son, son otra cosa...
1:00 p. m.
Jaime, lee esta columnilla que se casca el hermano -mayor, supongo- de Trapi que, por el terruño, es el capitoste del asunto culturotrabucal
http://www.diariodeleon.com/noticias/noticia.asp?pkid=559869
Por mi parte, reconozco que de MVLL lo único que conozco son las historias que contabas de cuando se zumbaba a su tita antes de de escaparse por con su prima a los parises, si mal no recuerdo. Así que ni lo he leído -más allá de sus moralinas en prensa- ni, por el momento, lo haré. Siempre me dio algo así como pereza.
Salud,
C
1:18 a. m.
La familia, ésa conspiración de la sangre -como dice Roger Wolfe en un poemita.
Yo leí algo de su narrativa, y la tia Julía me parece lo más hermoso de lo suyo que he leído. Se fugó con su tía, pero se casó con su prima. Mira una foto de familia suya: Mario la mujer y los dos hijos y la hija: es espantoso: un laberinto angosto de espejos y reflejos: ésas bocas, ésos labios, ésos ojos, hasta los flequillo parecen formar parte de la herencia: ésa conspiración de la sangre.
salud!
5:23 p. m.
hace años que no leo sus historias de ficción ni los ensayos literarios (para mí, más entretenidos) siquiera y obvio olímpicamente sus artículos en El País, qué hartazgo, ya sé lo que va a decir aunque no lo sepa del todo, y me abuuuurre.
no obstante, vll es omnipresente, o muy mediático como se dice en la jerga del momento, conloque si lees la prensa, como es mi caso, es imposible obviarlo, o casi. sabes quién es él dónde vive quién es la familia dónde pasa elfinde o come un pincho qué cojones piensa de la zoofilia o de la papiroflexia de la vivisección o del conflicto árabe-israelí...
supongo que también premian esa omnisciencia, al margen de las logias a las que pertenezca, que me la sudan mucho...
bon apetit, eso siempre, aunque sean hamburguesas!
6:51 p. m.
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