lunes, agosto 23, 2010

Antístenes y Sócrates


Uno de los seguidores de Sócrates que mejor me caen, von der Quelle, es Antístenes. El cínico. Oyente de primera hora. Creo que conoció al Sócrates anterior a la batalla de Potidea. Vivía en El Pireo y bajaba hasta Atenas sólo para escucharle y pasar un rato con él. Cuenta Antonio Tovar una de las anécdotas que nos han llegado. Antístenes vestía una túnica (tribón) vieja, y sólo tenía una. En esto imitaba a su maestro, Sócrates, que también tenía poquito fondo de armario por convicción. Más que hippies, eran grunges. Cuando Antístenes se presentaba ante Sócrates, se ponía a la vista lo más roto de la túnica, lo que permitía a Sócrates lucir su famosa ironía: "Antístenes, por el manto veo tu vanagloria". Este lado socrático es de los que más me gusta. Como aquella vez que en el mercado, viendo las muchas mercancías que llegaban hasta Atenas gracias al próspero comercio, Sócrates dijo aquello de "¡Cuántas cosas que no necesito!".

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