miércoles, agosto 04, 2010

Cruce de cartas


Una de las pocas cosas divertidas que aún colean de la vida intelectual española, Wilfrid, es el cruce de cartas en público entre dos figuras conocidas, públicas, escribas, digamos que lo que aún seguimos entendiendo por intelectuales. No seguí al día la polémica entre Andrés Trapiello y Benjamín Prado en el diario El Pais, a propósito de la actitud de Rafael Alberti durante los años de la guerra de España. Es conocida la fobia de Andrés Trapiello por el autor de "Cal y canto", y en la última edición de "Las armas y las letras" le acusa de que brindase con champaña y se alegrase en medio de la contienda, en una carta en la que escribe que vive una "belle époque".

Este año, Wilfrid, leí las memorias del crítico literario José María Castellet, "Los escenarios de la memoria", donde relata el encuentro con Rafael Alberti en Rusia. Castellet se incomoda ante la actitud de Rafael Alberti en un país dominado por un régimen totalitario. Le incomoda que se haga el orejas ante la purgas y las denuncias, que se preste a enseñar un país prefabricado para turistas y compañeros de viaje. Bajo mi punto de vista, Alberti seguía su código político, que no ocultó jamás. Se comportaba como camarada antes que como humanista, ciudadano. En la polémica entre Trapiello y Prado se desestima la poesía de guerra del autor de "A la pintura", y Prado parece admitir dócilmente que es inferior al resto de su producción. Lo que marca el termómetro de la desvalorización de la ideología política que vive nuestros días, entre las elites consagradas, envuelta en distintos neos (neoliberalismo, neosocialismo o social liberales). Hoy, Juan Panadero, sobrevive de milagro en algunas coplas del Robe, el cantante de Extremoduro, o en algunos cantes de El Cabrero. Pero poco más.

Que nada me desalienta,
que un guerrillero es un toro
en medio de una tormenta.

algunas coplas de Juan Panadero

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1 Comenta:

Blogger Unknown dijo...

bibi prado, wilfrid, es una de nuestras calamidades generacionales contemporáneas. tanto él, como el Trilero, salieron a la luz pública con aquella infame operación de los kronen. el Trilero se adornaba con alamares -pulseritas, anillitos, tatuajes...- y este presentó su primera novela en una discoteca, o así.

lo peor de todo es que con el tiempo han empeorado. Por no saber, no saben ni polemizar en los diarios. ¡ains!

cuando salió su última novela-cagada, que ha debido vender cuatro ejemplares, me contó luis felipe que las dos familias de torrente ballester estaban muy disgustadas con este elemento. igual que trata de blanquear con poco arte la historia de alberti (apoyándose en que se tomó cuatro chatines con él) no sabe ni papa de la torrente y los laínes. lo que no le impide con desparpajo ejpañó alabar (tontamente) a uno y denigrar (sin base) al otro. en esto se parece a trapiello, pero sin lecturas y con menos seso.

las familias de torrente están hasta el moño de las aves de mal agüero que se refocilan en el pasado falangista del autor ferrolano... para autocolgarse medallitas antifascistas. me contó también que otros dos pajarracos de mal agüero como el manoliño rivas y el suso de toro ahora se dedicaban a hablar mal del Maestro, al que no paraban de hacerle la pelota cuando empezaban a publicar. por el interés, te quiero andrés.

ains, la ejpaña que nos ha tocao viví: ¡PAÍS DE NABOS!

12:57 p. m.

 

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