Rubalcaba compromete su suerte a la de Sinde
Muy seguro debe estar. Pensar que él puede operar. Que, con compañía, puede cercar. Que los votos debe arañar.
El sector del espectáculo reclama lo que NO sabe ganar a pie de escena. ¡El hartazgo es general! El cine es para llorar, la tele, mejor ni mencionar. La música va tirando y la poesía flota en medio de este charco. Lo que protege a la propiedad intelectual, en muchos casos, son leyes caducas, adecuadas a un modo de entender la creación privado y proteccionista. Mala filosofía. Los apaños parlamentarios no pueden recoser el remendón. O sí, pero el traje seguirá siendo... viejo.
Lo peor de la foto de Rubalcaba es que nunca prometerá el futuro, sólo recuerda el pasado. Progresemos hacia atrás (y por la cara mala).
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