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Ramón R. Lavín/ expansion
Etiquetas: Dinamarca, el no de Irlanda, PESD, schengen, UE
Octavi Martí/ elpais
Etiquetas: diván de oriente y occidente
Alguna novelable cabeza de la crema de la intelectualidad hispana, querido Wilfrid, ha lanzado un manifiesto en defensa de los derechos institucionales de la lengua española. [Puede encontrarlo fácilmente (por supuesto, le recomiendo que lea y no firme) en el sitio web de Unión Progreso y Democracia]. Como lo oye. Renombrados padres revenrendos de tan feliz iniciativa, motivada por el riesgo inminente de la muerte oficial del castellano de España a manos de las lenguas pequeñas de la España plural por su acoso premiado, presuroso y primitivo, me creo que es otra trola interesada de nuestras elites culturales. Educación y cultura no son diagramas de Venn aislados en una soledad de tiza. Más bien, etiquetas equívocas. Y si los especialistas en tratar malestares culturales y ofrecer purgantes, cálices y obleas de felicidad transitiva nos recetan su idea, es porque el mar de fondo es otro. La pobre de la casa, la educación pública, arrinconada, minuscavada y mancillada es la piedra de toque de la que nada se puede decir en el enrarecido mar ciudadano/político, revuelto en papel de periódico. Sin embargo, Wilfrid, yo no soy de los que piensa que ande en riesgo la lengua común por el acoso de las pequeñas, como los abajofirmantes se empeñan en divulgar, tanto como lo pueda estar el crédito de las clases (de la que ellos/as, mayoritariamente, huyeron... hacia otras labores, ay, más coloridas, más, mucho más... lucrativas: el mal de España: la generación avarienta que ya ve (sólo) con gafas de cerca). Como repite Miguel Brieva en sus reivindicativas viñetas: "Sin filosofía, la escuela se vacía". Y cuando las aulas estén vacías, ¿quién leerá a los vates, los orates y cofrades de la pluma?
Etiquetas: clases, cortinas de humo, lenguas españolas
La llegada al gobierno de un joven e inexperto diputado leonés, José Luis Rodríguez Zapatero, tras ocho años de neoliberalismo americanita aznarita -fue el tiempo que en los USA era Estados Unidos más una nación hispana (sic) de 70 millones de parlohablantes contribuyentes al fisco yanki-, en comandita con la inmensa mayoría de españoles-televidentes, supuso en el imaginario popular de tanto elector la suposición de un supuesto cambio, no sólo en las formas, sino en las ideas y en la práctica. Demasiados supuestos. Zp no nos falles. La suavidad del envoltorio del personaje -Bambi o Mr Bean, entonces, según los cazadores de etiquetas- ayudó a limar el primer escenario, a pesar de los derrotes de la derecha más cerril, obviando carencias de fondo. El talante servía como un bálsamo de Fierabrás. Fueron meses, de muletazos sin sustancia en terrenos de nadie que sabían a gloria. Tras su reelección, el pasado mes de marzo, sin embargo, ya parecen menos, a simple oído, incluidos fieles votantes, partidarios partidistas, partidarios de la parte contratante, entusiastas de su nómina y otros, ay, otras equilibristas, quienes no te digan por h o por be que aquel cambio les parece más estético que ético y apenas, muy apenas, político.
Etiquetas: canon digital, Rodríguez Zapatero, Sgae
Además de crueldad hacia los animales, una apología del riesgo laboral...
Etiquetas: riesgos laborales, tauromaquia
Bueno, bueno, bueno, sir W, el patio literario patrio, como siempre, anda revuelto. Lo único bueno, del ruido y los codazos, las mieles y los regüeldos, es que, en la república de las letras, las balas son de... plastilina. Casi que me caigo al suelo del sillón del soponcio que me entró al leer la notita que el crítico literario MRR (no confundir con Mi Reñido Ronquido) le lanzó al Rasputín de la Cope, "el que se ha pasado media vida queriendo ser lo que se ha pasado otra media destruyendo". Y es que en el fondo del mar de la frase se encuentan las llaves: ¿quién da paso y quién no da al parnaso de la letras estabuladas? Y es que hay a quien la fiebre de etiquetar palabras en un diccionario le traspasa la camisa, y se cree que posee el don de decir quien SÍ, quien NO... por mal hablado (o maricón o maruja)... puede sentarse a la derecha del padre. Toma del frasco carrasco, dice Jaime Campmany, ese poeta que nunca aparecerá en una antología de la poesía española del siglo XX. En fin, MRR (no confundir con Mi Rasta Rebelde) debería tal vez volver a leer al Padre Habermas, rezar cuatro avermarías en un reclinatorio, principalmente abulense, y recitar de cara a la pared dos o tres veces la tabla de los elementos de Dmitri Mendeléyev, sin olvidar colgarse del pecho una semana la medallita de Santa Gema Galgani y una estampita de Platón (el de los hombros anchos), otro poeta frustrado, despechado y muy poquito apolítico.
Etiquetas: Dimitri Mendeléyev, Vindicación de FJL
Este fin de semana ocurrió algo importante en Europa, ya que los ciudadanos irlandenses votaron NO en referéndum al Tratado de Lisboa. Esta decisión soberana no ha sentado bien a las cabezas visibles del movimiento eurócrata que pide dar un impulso a la regla constitucional, sea como sea. Aunque sea por una vía parlamentaria, donde será más fácil reunir voluntades, si es que no puede ser por la vía plebiscitaria, porque el pueblo no ve claro el modelo y está empeñado en que la construcción no sea impuesta desde los despachos de los representates políticos y el poder financiero y empresarial. Así, por ejemplo, Javier Solana, Alto Representante de la UE para Política Exterior y Seguridad Común, ha declarado: "Vamos a resolver este problema, no sé cómo desde el punto de vista práctico, pero lo vamos a resolver". La voluntad política en esa frase deja pocas dudas sobre cuál sea su interés principal. Resolver.
Etiquetas: constitución, Europa, Irlanda, referéndum
Etiquetas: entre buenistas anda el juego, filosofía del sofá
Luis Fernando Moreno Claros/ babelia
Etiquetas: cristianismo, filosofía
Oh, sir W, ya sabe que me gusta leer por encima la crítica de televisión de los diarios de papel, otro vicio. Para mi gusto, vengo creyendo que el crítico de televisión en prensa debería mezclar, como en un cóctel artesano, conocimientos elegidos de educación general básica, una toma de partido ideológica para enganchar a su (e)lectorado y algunas gotitas de cinismo, que también pueden convertirse en un chorretón de vituperios y reproches en algunas ocasiones como un buen margarita. Todo ello, naturalmente, ya sabe querido W, debe apuntarse en letra menuda y con pluma ligera, preferiblemente en servilletas de papel, para ser servido, consumido y reciclado como marca la ley del mejor periodismo, anclado enseguida al perdurable olvido. Un modelo que tal vez podría estar inspirado en Jeffrey Bernard. El periodista Enric González (en la imagen, de sport) que, como sabe, cumple con los requisitos de sobra -por cierto, a ver si se acuerda de devolverme "Historias de Londres" una de estas vidas, que es de los que tengo en la lista negra de mi biblioteca peregrina- libra hoy en su columna su particular batalla contra los ídola fori, travestidos de ídola theatri. Que tenga un buen día, yo voy a visitar a mis difuntos...
Etiquetas: ¿críticos o cítricos?
A partir de ahora, y ante la avalancha de neonazismo y barbarie que difunde Europa, no voy a volver a usar la palabra inmigración, sospechosa de unir en un prefijo (in) tanto el sentido de "in-vasión" como el de algo negativo.
Es increíble que no se le ocurriera a nadie antes crear el Ministerio de Igualdad. Y no haberlo reclamado a cada instante desde que nos hicimos gregarios, hace diez mil años, constituye uno de esos errores evolutivos monumentales, como enamorarse durante centenares de miles de años de las caderas, en lugar de la anchura, invisible a primera vista, de la pelvis. Fue justamente hace diez mil años cuando encargamos que alguien se ocupara de guardar los alimentos en la despensa de la comunidad, de la seguridad en las calles, de las basuras y de las fronteras, aquellas que, al igual que los chimpancés, dibujamos a toda prisa donde no había nada.Pues bien, para estar seguro, de que no nos faltaba lo esencial fuimos creando el Ministerio de la Vivienda, para aislarnos del frío; de la Defensa, para protegernos de otras tribus; de Agricultura, para que tuviéramos alimentos y los importáramos si hacía falta; de Obras Públicas, para proteger los ríos y construir carreteras en el seno de la comunidad creciente de ciudadanos; de Educación, para destilar en las mentes de los niños y de los jóvenes las doctrinas heredadas. Se hicieron ministerios de todo, hasta de Deportes.Sin embargo, existe una amenaza mucho más hiriente, cruel y alevosa que la de quedarse sin vivienda o sin educación. De todos los peligros potenciales hay uno que supera con creces a los demás. Aquel Estado que creamos entre todos para que guardara los alimentos hace tantos años, cuando nos hicimos sedentarios –¿recuerdan?, porque muchos topan con él cada día cuando les imponen una multa por estar aparcado donde no tenían más remedio, pero lo olvidaron–, se ha ido pertrechando de un poder omnímodo y desconsiderado que le permite bloquear una cuenta bancaria e incluso la pensión sin encomendarse ni a Dios ni al diablo.Es el chimpancé más fuerte de la tribu y, si le apetece pegar patadas al último mono en la escala jerárquica, lo puede hacer y luego –si al pobre mono le quedan ganas para enfrentarse a tamaño enemigo– defenderse en los tribunales especiales que ha montado y financia a tal efecto mediante abogados del propio Estado. El ciudadano, claro, tiene que buscarse los suyos.El Estado está blindado frente al ciudadano y no existe mayor desigualdad que la de éste frente al Estado. La mayor de todas las desigualdades es la desigualdad del Estado y de los ciudadanos frente a la ley común. El primer intento serio para remediar esa injusticia fue la revolución liberal del siglo XVII en Inglaterra. La primera revolución realmente social en la historia de la evolución. A partir de entonces, el Rey y los ciudadanos iban a ser iguales frente a la common law. No se creó, desgraciadamente, un Ministerio de Igualdad para que velara por la más preciada de todas, pero se marcó un camino al que se atuvieron Gran Bretaña y, luego, Estados Unidos. Son los dos países en los que el Estado no está más blindado que el ciudadano frente a la ley.Hay quien me dice que el nuevo Ministerio de Igualdad en España solamente se va a ocupar de las desigualdades entre hombres y mujeres. Puede que sea así al comienzo, pero mi apuesta es que, a medida que el nuevo ministerio avance en la lucha contra el depredador machista y consiga reducir la desigualdad y el maltrato de género, se dará cuenta de que la amenaza de abuso de poder y de violencia es todavía más cruel e ilimitada cuando el delincuente tiene a su disposición todo el poder coactivo del Estado. Eliminar esta injusticia será la gran tarea de los próximos diez mil años.
Etiquetas: Eduard Ppunset